En los cómics, los superhéroes siempre están dispuestos a ayudar. Incluso si han regresado a su lugar, su cueva de murciélagos o lo que sea, están felices de volver y salvar el mundo. El clero tiene tendencia a tratar de ser superhéroes. Claro, es nuestro día libre, pero podemos ir a esa reunión. Se suponía que íbamos a hacer algo con nuestra familia esta noche, pero si alguien nos necesita, cancelamos y salimos corriendo por la puerta. Las emergencias ocurren y es nuestro trabajo estar allí. Pero no somos superhéroes, somos humanos de carne y hueso. Eventualmente, los días libres perdidos, los R&R cancelados y el estrés nos afectan.
Necesitamos practicar una buena salud mental. Tenemos recursos: nuestros colegas, nuestros líderes laicos, familiares, amigos y, cuando sea necesario, otros profesionales. Como clérigos, es importante que nos apoyemos unos a otros y trabajemos juntos en nuestras comunidades. Podemos y debemos buscar líderes en nuestra propia congregación para compartir nuestro ministerio. Necesitamos comprometernos a pasar tiempo con amigos y familiares lejos de nuestro ministerio y dejar que nos ayuden a manejar el estrés del trabajo. Y finalmente, debemos buscar ayuda profesional de directores espirituales y profesionales de la salud mental cuando sea necesario. Pueden ayudarnos a encontrar soluciones a los problemas y darnos lugares para descargar parte de la carga.
No, no somos superhéroes. Pero podemos hacer cosas maravillosas en la iglesia cuando buscamos y recibimos el apoyo de Dios y de los demás.
El reverendo Alan Leonard
Rector, Iglesia del Adviento
Cape May, Nueva Jersey
Foto: La Rev. Dra. Caroline Carson
